Cultura de Seguridad: ¿Por qué muchas inversiones fallan?

Por ALB Consultora

Contexto

En los últimos años, hablar de Cultura de Seguridad se ha vuelto casi una moda corporativa. Empresas de todos los rubros destinan presupuestos millonarios a campañas internas, capacitaciones, jornadas temáticas y merchandising con frases como: “La seguridad es responsabilidad de todos” o “Cero accidentes, nuestro objetivo”.

Sin embargo, en muchos casos, esas inversiones pueden no traducirse en una mejora real de las condiciones de trabajo ni en la disminución de la accidentología. ¿Qué está fallando?, ¿Por qué, pese a la inversión, los accidentes siguen ocurriendo?.

La respuesta es sencilla y clara, las inversiones en seguridad son valiosas, pero es fundamental acompañarlas con una gestión sólida y sostenida.

Una Cultura visible, pero poco efectiva

Cuando la Cultura de Seguridad se convierte en un producto de marketing interno, pero no está respaldada por procesos sólidos, compromiso real y cumplimiento básico de los requisitos legales y técnicos, ocurre un fenómeno peligroso, “las acciones pierden credibilidad”.

Los trabajadores perciben que la empresa prioriza la imagen antes que la seguridad real.

Se invierte en charlas motivacionales, banderas, remeras, posters y días de la Seguridad, pero:

  • No se cumplen los procedimientos básicos.
  • Las condiciones inseguras persisten.
  • Las investigaciones de accidentes son superficiales.
  • Las acciones correctivas no se implementan o no se controlan.

Este enfoque no solo es ineficaz, sino que también genera desgaste y desconfianza en los trabajadores.

La incoherencia que genera riesgos

La incoherencia entre lo que la empresa dice y lo que hace tiene consecuencias:

  • Los trabajadores dejan de creer en la seguridad. Si ven que las acciones básicas no se cumplen, los mensajes pierden fuerza.
  • Se incrementa la accidentología. Los problemas estructurales no se corrigen y los accidentes se repiten.
  • Se desperdician recursos. Se gastan grandes sumas en campañas que no generan impacto real.
  • Se debilita la cultura organizacional. La seguridad se percibe como “una obligación más”, sin sentido práctico.

¿Qué debería hacerse en lugar de invertir solo en imagen?

La inversión en Cultura de Seguridad solo tiene sentido cuando está acompañada por:

  • Un liderazgo coherente, que predique con el ejemplo.
  • Cumplimiento riguroso de los procedimientos básicos y requisitos legales.
  • Un sistema efectivo de investigación de accidentes y análisis de causas raíz.
  • Seguimiento y control real de las acciones correctivas y preventivas.
  • Participación genuina de los trabajadores en la detección de riesgos y mejora continua.
  • Integración de la seguridad con los objetivos de calidad, medio ambiente y productividad.

Una verdadera Cultura de Seguridad  se construye todos los días con coherencia, disciplina y compromiso.

En Conclusión...

Invertir en Cultura de Seguridad no es malo, pero es inútil si la gestión de riesgos, la investigación de accidentes y el seguimiento de acciones básicas son débiles o inexistentes.

La seguridad no se sostiene con frases bonitas ni con carteles coloridos: se construye con hechos, con liderazgo, con procesos sólidos y con una preocupación real por las personas.

Porque la mejor campaña de seguridad es la que se ve reflejada en el día a día, en un ambiente de trabajo seguro, saludable y respetuoso.

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